Escuchando ayer las declaraciones de Ángel Garrido explicando su cambio a Ciudadanos, refuerza otra de las razones que me obligan a votar a VOX. El PP de Casado necesita 4 años de secundario para rehacer el maltrecho partido heredado de Rajoy y Soraya. Hay que hacer limpieza. Y Cs en su línea de mecerse al son del viento aceptando al que sea si piensa que gana escaños. Y justo antes de las elecciones, pensarán que fichar al antiguo presidente, no elegido en las urnas, de la CAM del PP, les sitúa ante los electores como opción más confiable.

Pero lo que más me espanta son las razones que el ínclito personaje aduce a su deserción. Que es lógica su decisión al igual que cualquier elector cambia su voto a lo largo del tiempo. Manda carallo, como diría un historiador gallego, que compare su deserción con que cambiemos nuestro voto. Me declaro culpable, yo he votado al PSOE en dos elecciones -82-86, luego al PP y ahora a VOX. El cambio de voto siempre ha sido porque estos partidos dejaron de representar las convicciones por las que les voté, no porque yo cambiara de criterio, que también es posible a lo largo de los años. Pero señor Garrido, hace cuatro días que aceptó usted ir en la lista por el PP a las europeas y ya se ha publicado en el BOE y ahora aduce causas ideológicas… ¡Anda yaaaaahh!

Y sigue asombrándome la capacidad de pedernal de los políticos ante sus declaraciones y enfrentamientos públicos que se quedan en nada. Los epítetos a Ciudadanos y ahora a su jefe Aguado vertidos por el personaje son de chupa de domine, sin embargo ahora se abrazan y acogen como si no hubieran dicho nada. Esto demuestra que la política es un juego y que los políticos dejan los principios en casa para decir en cada momento lo que convenga al partido. Marionetas amorales. Por eso necesitamos elegir a personas coherentes -equipo de VOX- que defiendan en lo que creen, no en lo que piensan que dan votos como el ejemplo más patente que representa Cs. Y sus declaraciones en relación a no comunicar su decisión a su amigo Casado, suenan a venganza y rencor a la decisión de enterarse de que no sería el candidato a la Comunidad por la prensa. Somos de barro.

En resumen que las ideas liberales, la defensa de España y la coherencia, hoy por hoy, están alojadas en VOX. Y si mañana VOX me defrauda cambiaré mi voto. Bueno, eso lo podré hacer si para entonces España sigue siendo España y no se ha convertido en Venezuela.

¡Sigo convencido por VOX!

Última modificación: 05/07/2019

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