Porque me fío de muchas de las incorporaciones a sus filas. José Mª Marco, Hermann Tertsch, Rubén Manso, Pedro Fernández Barbadillo… y sus líderes Abascal, Ortega Smith, Monasterio, Espinosa de los Monteros. Profesionales que entienden la urgencia de apoyar e impulsar a este movimiento de defensa de España contra viento y marea.

Ya lo he comentado esta semana que estoy cansado de políticos vacíos que viven muy calentitos en su puestecito y que mientras no le toquen se pliega a lo que necesite el partido. Tanto tiempo en la burbuja a construido una casta política grupal donde las convicciones personales, si es que alguno las tiene, se dejan en casa. Se sale a la arena a difundir un mensaje único que decide el partido, no necesariamente por convicción, sino al son de las encuestas e interés de mantener la poltrona.

El agravante es que con una derecha que ideológicamente desde hace 40 años que se siente acomplejada para defender sus convicciones, tenemos un panorama de supremacía moral comunista que ahoga cualquier posibilidad de diálogo y racionalidad. VOX trae ese aire fresco de libertad, coherencia y convicción, ausente de miedo pese a ser demonizados por la maquinaria mediática marxista y totalitaria.

Por eso, por amor a España, por reivindicar un estilo de vida humanista cristiano, por querer vivir con normalidad en un país en el que la persona y la familia sean los protagonistas y que desaparezca ese papá estado apabullante y asfixiante que quiere meterse en nuestra cama…

¡Voy a votar a VOX!

Última modificación: 05/07/2019

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