Tras dos debates televisivos trucados en los que VOX ha sido excluido por la JEC de forma retorcida, urge votar a VOX. No he visto los tales debates como protesta y creo que por los comentarios leídos he empleado esas 6 horas de mi tiempo libre mucho mejor. 

Las propuestas de VOX frente a las poses del resto de partidos no tienen rival. Si empezamos por economía, salvando mi admiración personal por Daniel Lacalle, la propuesta de VOX explicada por Rubén Manso en Libertad Digital es refrescante. Lo que más me gusta es el concepto. Hay una filosofía detrás similar a la ilusionante áurea de este único movimiento social en forma de partido. Apuestan por la persona, por la familia como estructura base de la sociedad y alientan el protagonismo personal frente al estado, que lo convierten en servidor de la sociedad. Esto es lo que me gusta y me convence de estos valientes líderes que han dado un paso al frente para devolver la cordura a nuestra España tan querida.

Eliminación de gasto público de oropel, de estructuras innecesarias, de chiringuitos refugio de esta casta insufrible, fuera subvenciones ideológicas, a partidos, patronales, sindicatos… adelgazamiento de la administración, eliminación de impuestos duplicados, reducción de impuestos directos, fundamentalmente el IRPF, acabar con el despilfarro de tanta televisión autonómica instrumentalizada a la orden del político…

La filosofía, clara, pagar impuestos una sola vez. Todos los ingresos de la persona, provengan de donde provengan se saldarán una vez en esa declaración de renta nueva donde se plantea que las reducciones son directas a los ingresos y no marginales como ahora. Y fomentar el ahorro, la inviolabilidad de la propiedad privada. Y el estado para dar los servicios que tiene que prestar: sanidad, seguridad, educación, protección civil, infraestructuras. Y bajar los seguros sociales a las empresas para facilitar la creación de empleo, porque son éstas las verdaderas generadoras de riqueza y bienestar.

¡Mi voto a VOX, sin miedo, sin cálculos!