Es curioso lo que puede provocar un plátano. Se lanza a un estadio de fútbol y se crea una campaña de Racismo Español desde Brasil a todo el mundo. Es claro que las estrellas de fútbol tienen este tirón. Por una vez la reacción inicial de alves fue elegante y tras comerse el plátano -aparentemente le estaban llamando ‘mono’- lanza el córner y reduce a nada la acción de este energúmeno. No tan bien fueron las reacciones posteriores de compañeros como Neymar y la difusión en redes sociales que generalizaban un hecho aislado con el comportamiento general de un país.

Estos hechos son habituales en el fútbol español y de otros países y a mí me parece lógico que cuando pretendes desestabilizar, poner nervioso o sacar de sus casillas a una persona a través del insulto -hecho que me parece intolerable y más aún en un espectáculo que debería ser de disfrute y no de ofensa- lo hagas utilizando las artes más rastreras: haciendo mención a us condición racial, aspecto, origen… o cualquier elemento que pueda conseguir el efecto deseado y la persona que esconde al profesional del fútbol falle un penalti, un pase o cometa cualquier acción que le ponga en desventaja respecto al rival. ¡Esto es lo que se persigue! cuando insultas a alguien no utilizas la elegancia sino que buscas lo que pueda herir y por ello sacamos lo pero de nosotros en esos momentos.

Dicho lo cual, llegar a la conclusión de que España es un país racista, me parece, cuanto menos, exagerado.

¿Qué es racismo?. Según la RAE en su primera acepción Exacerbación del sentido racial de un grupo étnico, especialmente cuando convive con otro u otros, es decir proceder a tratar a un grupo étnico de forma discriminada respecto a tu propio grupo étnico. Menospreciar, humillar, perjudicar, despreciar a cualquier persona por el hecho de pertenecer a una raza que consideras inferior. Ejemplos claros a lo largo de la historia se han vestido de indignidad por esta discriminación al hombre por sus creencias o condición: desde la persecución religiosa a los cristianos, pasando por el holocausto nazi, la esclavitud en EEUU, el apartheid sudafricano, la explotación infantil, las múltiples racias en África -Rodhesia y Ruanda- la persecución japonesa en Corea y China, las guerras en Yugoslavia, el exterminio soviético de Stalin, persecución contra los armenios…

En el día a día el miedo nos lleva al razismo y a la discriminación, a la explotación y abuso de los más desfavorecidos y en los tiempos que corren vivimos esa realidad ante las carencias y problemas económicos. Nos creemos con el derecho de reservar los recursos del país en que vivimos para los naturales del país primero y luego los de mi propio grupo. Nos sale enseguida la vena egoísta que nos hace pensar que nosotros somos mejores que el de al lado y encontramos la escusa que sea para defenderlo. la verdad es que los hombres somos iguales en nuestra dignidad y derechos por mano del que nos ha creado y pretender que existen diferencias por no se qué motivo, origen o concepto se me escapa de las manos. No obstante de ese don y condición recibida gratuitamente de nuestro creador nos hace más soberbios y lo primero que hacemos es clavar a su Hijo en una cruz y ofuscarnos en nuestras mediocridades.

En conclusión, al margen de nacionalidades y anécdotas llamativas, todos somos racistas en la medida que abusamos de cualquier ventaja en contra de la justicia y el mérito. Pero también somos libres y cada uno debe tomar sus propias decisiones, incluso egoístas, siempre que evite la humillación del cercano y sacar ventaja abusando de sus posibilidades.

Última modificación: 12/05/2014

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