Aislado en mi entorno con voces por todos los lados, llegan sin descanso noticias sobre el contagio del Ébola en Madrid. Su tratamiento, las medidas tomadas, las negligencias, los protocolos, las protestas, defensas del perro, políticos, médicos, tertulias…

Todo suma y todo contribuye a crear el caos. He intentado buscar y encontrar la verdadera realidad de lo que está pasando pero sólo llego a una conclusión: CONFUSIÓN…

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Creo que debemos empezar por el principio; mientras estaba en África para el mundo esto era indiferente. ¡Qué lejando! Sólo unos pocos voluntarios, misioneros, profesionales sanitarios dejaban su tiempo y su vida en cuidar al cercano -aunque estuviera en África-. Yo me sumo a los indiferentes y quizás escribo ahora y reflexiono sobre el tema porque me lo han traído a la puerta de casa. Somos así.

¿Por qué se repatria a estas personas contagiadas de esta enfermedad mortal? Aspectos humanitarios? Políticos? Imagen?… No quiero entrar a valorarlo, creo en el hombre y en la atención en todas circunstancias; toda vida es valiosa y merece la pena cualquier riesgo por salvarla… pero, por favor, no seamos insensatos. ¿Era necesario traerlo al sitio más poblado de España?¿No había medios suficientes en un sitio más aislado de población español para ofrecer todas las garantías de cuidado y minimizar los riesgos de contagio?

¿Realmente estamos preparados para lidiar con ello? La sensación que se transmite por cada organismo oficial es de chapuza, gobierno, comunidad, oposición, parlamento, sanidad, portavoces, médicos y profesionales… no hay forma de que una persona de la calle pueda tener una referencia fiable. Son todo corrillos, comentarios gratuitos, opiniones infundadas, falta de información, contradicciones, intereses políticos y mediáticos. Me gustaría identificar una fuente fiable que explique por qué se toman las decisiones, cómo se trabaja para minimizar los riesgos, cómo se forma al personal implicado, como se controla, como se establece un protocolo sin fisuras de tratamiento y contingencias…

Y la pobre ATS contagiada que se ha presentado voluntaria para atender a un enfermo se convierte en el blanco de todas las críticas, el chivo expiatorio para justificar a los que toman decisiones. ¡No ha fallado el protocolo!¿La culpa ha sido de un fallo humano! Efectivamente EL TUYO por no contemplar todas las medidas de seguridad pertinentes para ayudar a que los enfermos estén bien atendidos y los cuidadores protegidos y supervisados para controlar cualquier posible accidente. ¡Estamos en el país de los chapuzas administrativos!

Hay muchas preguntas y ninguna respuesta fiable. No puedo confiar en las autoridades ni en los círculos políticos opositores que van a gestionar este tema desde la posición de INOCENCIA y exigencia de responsabilidades; ¡eso se hace antes del desastre!

No me cabe en la cabeza un comportamiento como el que nos han pintado de la enfermera, lo que me hace pensar que es mentira lo que se transmite de Teresa Romero. Parece que también ella ha debido correr algún riesgo en la duda de su contagio, pero todo forma parte de la confusión mediática informativa.

Yo intento ponerme en el lugar de un misionero o médico o voluntario que decide ir a una zona de riesgo a realizar una labor humanitaria e incluso de testimonio de vida y fe y creo que en sus cabezas, como creo que tampoco en la mía, estaría nunca el ánimo de traerse una enfermedad mortal a ningún lado. Yo creo que asumiría mi contagio y pediría sí una atención, pero que suprimiera al máximo el riesgo de convertirme en un agente patógeno. Creo que es un error importar un riesgo a una zona de máximo riesgo como puede ser Madrid, ciudad con muchos habitantes y trasiego a otros destinos. Que debemos asistir a nuestros compatriotas y no compatriotas es un deber, lo mismo que evitar riesgos a la población. Es inevitable que llevando una vida normal cualquier profesional que atiende a enfermos contagiosos de enfermedades mortales conlleven un riesgo para el resto de la población, por lo que toda la labor asistencial debe realizarse en un medio y entorno controlado, no sólo durante la atención sino tras ella.

Afortunadamente, la información que he recabado indica que el ébola es un virus débil y de difícil contagio. Si fuera una gripe, estoy convencido que los políticos y responsables administrativos que toman decisiones sin valorar el todo habrían conseguido contagiar esta enfermedad en todo el mundo por las estúpidas decisiones adoptadas, los fallos en los protocolos de tratamiento, la falta de preparación y concienciación de los que atienden sin formación y buena voluntad a estos pacientes y por el caos administrativo y de comunicación existente.

Mi petición es que realmente el mundo ‘civilizado’ reaccione, aporte los medios necesarios para tratar esta pandemia en origen y adopte medidas inteligentes para el cuidado y protección de todos los sacrificados voluntarios que luchan por atender a los pobres y afectados en países abandonados y olvidados. También porque realmente existan medidas a nivel mundial de tratamiento y expatriación de los contagiados. Deben recibir una atención prioritaria, recibir el cariño y agradecimiento de todo el mundo por su entrega y no convertirlos en ‘miserables’ y ‘apestados’ que pueden contagiarnos como hemos visto claramente en el caso de Teresa Romero -que le deseamos una pronta recuperación-.

adult helping senior in hospital
Última modificación: 30/10/2014

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