opinion panem nostrum quotidianum
opinion panem nostrum quotidianum

No soy ningún experto en la materia y mi única referencia soy yo mismo frente a un libro o concretamente frente al título que nos ocupa. Cuando leo un libro, éste me transmite sus sentimientos, me presenta a sus protagonistas, me amiga o enemista con ellos, me hace sentir ser parte de esta trama, no como uno más de ellos, ni dentro ni fuera… es como si de alguna forma etérea me permitiera participar de una historia que siento real contra toda mi persona, física, emocionalmente, espiritualmente… todo me embarga y me alimenta con una nueva única experiencia enriquecedora. Al final de la lectura mis ojos se vuelven hacia el autor, hasta entonces desaparecido, para agradecerle su regalo y tomar acción buscando nuevos libros que haya escrito; claro está, siempre y cuando dicha experiencia haya sido satisfactoria. En caso contrario, mi reacción es de olvido y archivar al autor para evitar vivir nuevas decepciones con otras obras suyas.

Estoy ahora por la mitad del libro y ya se ha producido ese chispazo en mi cerebro que me ha echado de la trama. Supongo que en mi condición de católico, el hilo argumental de meter a Jesús como uno de los elegidos por los dioses, pretendiendo señalarlo como tal pero tergiversando su origen y quitándole su condición de único Dios me ha espantado y ya es difícil entrar en ninguna otra valoración. Mis circunstancias, mi educación y mi cultura me sacan de la trama y el libro me transmite una mezcla de esoterismo, escepticismo, juego con acontecimientos y creencias diversas que se mezclan de cualquier forma para dejar contentos a todos. Es un claro reflejo de una sociedad hábida de encontrarse con Dios, que le busca, pero que se traga cualquier mezcolanza relativizada que construya teorías demasiado complicadas pero que eliminan el compromiso con nuestro Dios. Como nos dijo Chesterton Cuando se deja de creer en Dios, enseguida se cree en cualquier cosa.

De alguna forma se mantiene que Jesús es hijo de un dios y una mujer, que es un elegido de los dioses pero equiparable a Napoleón en alguna medida -ya que es su sucesor en esta trama que todavía no he concluido-. Me traslada al mundo actual relativizado, que busca en lo esotérico lo que no se atreve a encontrar en lo espiritual y en la convicción de que somos hijos de Dios y que en Su Segunda Persona Encarnada se nos ha revelado, buscándonos personalmente a cada uno de nosotros. porque es un Dios cercano que se abaja por Amor y viene a nuestro encuentro, personal y de uno a uno. Y sí creo que racionalmente y por fe que Jesús es hijo de Dios, el único Dios. Por favor, no me elaboren teorías arcanas que conjugan lo divino y lo humano tejiendo hilos inexistentes para ofrecer al hombre del siglo XXI componendas que no comprometen y nos convierten en juguetes de los dioses que juegan al ajedrez, con nosotros como piezas.

Pues bien, este libro, en este punto me ha llevado a ese mundo irreal, relativizado, falta de compromiso y verdad, etéreo que lleva al hombre a viajar sobre humo, evitar responderse a preguntas del yo, de tu sentido de existencia y de tu futuro para sustituirlo con un mundo intelectual y misterioso que sólo vive ahí. En fin que me ha cabreado de verdad esta ligereza en la que nos imbuye a la sociedad actual. Voy a terminar la lectura del libro y daré mi opinión, pero a estas alturas ha aparecido el autor y se ha escondido su obra y siento que quiere jugar conmigo. Lo siento pero has perdido un lector que tenía ganas de disfrutar con tus obras como miles de otros que te siguen. No es importante, lo sé, pero quede aquí mi testimonio.

Sigo leyendo con dificultad, sigue apareciendo el autor y difuminándose la historia. Para justificar sus argumentos de resurrección y destino, para juntar a Nadia y Napoleón, vuelve a insistir en meter entre el montón, aunque sea de elegidos, a Jesús. Que resucitó porque le fue revelado por Isis-Osiris el secreto, que volvió por la existencia de María Magdalena, empeñándose en sugerir la atracción física, sexual con ella, dejando al margen a María, su madre, si es que hubiera que ensalzar a La Mujer y quitándole al Señor su condición divina y mancillando su Misión. El Verbo encarnado se hace hombre verdadero y viene a salvar al hombre pagando con su sangre el rescate, también de forma única y personal para salvar al autor de este ‘panfletillo’ que como muchas veces hacemos todos, le pagamos con nuestra indiferencia, calumnia, deslealtad, frivolidad… ¡Bendito sea Dios!

Finalmente no he podido superarlo y abandono la lectura de este libro. Se convierte así en uno de los pocos libros que empezado no he sido capaz de terminarlo y coincide en aquellos en los que ya no valoro si están o no bien escritos, si la historia es o no atractiva, sino que fundamentalmente juegan con la verdad, manipulan la belleza, tergiversan los hechos y relativizando la pureza presentan al lector argumentaciones y datos normalmente bien documentados pero disfrazados y cambiados lo suficiente como para presentar justo lo contrario de lo que representan. Por acabar con otra cita, reproduzco esta de Einstein que dijo que El hombre encuentra a Dios detrás de cada puerta que la ciencia logra abrir.

En fin, D. Javier, que ha dejado de ganar un lector hábido de buenas lecturas y leal a los autores que nos regalan sus historias de forma tan generosa.

Última modificación: 28/10/2014

Autor

Comments

Comentarios

Escribe una respuesta o comentario