Se ha consumado la fechoría de los medios de comunicación en manos de los millonarios izquierdistas. Una sociedad adoctrinada desde las escuelas en el separatismo y la idea que la izquierda es el bien frente a una derechona carca y dictatorial explica perfectamente los resultados de las elecciones de ayer.

Ha bastado alentar el miedo a VOX, vistiéndole de ultraderecha franquista, apoyado por todos y cada uno de los medios y la estupidez de PP Y Cs corroborando las tesis comunistas, para estos resultados. Pero el mensaje sólo es eficaz con la complicidad de todos las televisiones y medios escritos acogen esta falacia. No hay locutor de TV que no hable de VOX como partido de ultraderecha, de forma que cualquier español que exclusivamente se informa en estos medios nacionales y autonómicos haya interiorizado esta idea. Basta alentar al miedo al monstruo para que el españolito de a pie salga a parar la vuelta a la dictadura. Y ni siquiera ha vivido en la dictadura de Franco. Pero que es el coco se lo han insuflado en vena. España ha sido contaminada con ese odio visceral a la derecha y un PSOE maestro de la mentira y taumaturgo eficaz que maneja los medios como nadie, con una campaña de silencio ha lanzado al ruedo como carnaza la amenaza de la ultraderecha y consuma un éxito que debería haber sido un debacle.

Casado, Rivera y Abascal deben focalizar sus esfuerzos en poner luz a los desmanes socialistas y comunistas y abordar las municipales y autonómicas con el objetivo de conquistar de nuevo el poder en este ámbito. Este será el primer frente de contención contra el sanchismo-populismo separatista que ha conquistado el poder central.

Si no queremos sucumbir en esta batalla por mantener la monarquía parlamentaria contra el frente popular republicano y de disolución de España es hora de que los partidos constitucionales dejen de discutir por sus egos y se lancen a poner en evidencia a los enemigos de España: PSOE, PODEMOS, ERC, BILDU, JXC, COMPROMIS y demás confluencias.

Hay una España Viva que ya sumamos 2.6M que no debe deshacerse y prepararse por una dura travesía que debe conducir a la victoria final que consolide la idea tradicional de España con nuestro rey Felipe VI al frente.