Quiero dar mi más profundo agradecimiento a Mel Gibson. Seguro que como hombre está lleno de contradicciones y como artista vive en un mundo diferente, incomprensible para los que tenemos una vida normal. Sus actos son juzgados por el mundo por un tamiz muy fino y su visibilidad hace que toda su vida sea vista por un gran angular que magnifica sobre todo sus errores. Yo no quiero juzgar nada de su vida, si quiero engrandecer el gran legado y el gran don que deja a la humanidad con esta obra de arte y sublime película, La Pasión de Cristo. La delicadeza, la infinidad de detalles de vida, la creatividad, la fidelidad, la profundidad expresada en imágenes, la gran fotografía, iluminación, caracterización, actuación, casting y dirección hace que para mí esta sea una única e irrepetible obra maestra.

El visionado anual obligado en estas fechas siempre es un motivo de oración, un encuentro con Cristo y una experiencia nueva cada vez. Mi actitud siempre ha sido la de identificarme con muchos personajes:

  • Con los soldados judíos cuando le apresan en el huerto de los olivos. Cuantas veces he volcado mis frustraciones y faltas de caridad en violencia contra Ti, Señor, actuando alocadamente y abofeteando tu rostro indefenso.
  • Con Pedro, prometiéndote fidelidad muchas veces y dándote la espalda en la prueba.
  • Con Judas, recordando las veces que te hago a mi medida y te traiciono cuando no cumples mis expectativas.
  • Con Pilato, declarando tu inocencia y acoplándome al bando ganador dejándote solo.
  • Con Herodes, viviendo frívolamente sin importarme la imagen que doy
  • Con Caifás y el Sanedrín, acusándote porque tu mirada deshace mis comodidades y mis planes
  • Con Juan, porque siempre que me fijo con confianza en ti deshaces mis miedos e iluminas mi vida
  • Con los judíos, porque con mis actos grito muchas veces Crucifícalo.
  • Con María Magdalena, porque me hago consciente del pozo del que vengo y lo poco que soy sin Ti.
  • Con el Cireneo, porque voy por la vida sin preocuparme de Ti, y cuando me abrazas mi vida cobra sentido.
  • Con los soldados que castigan a Jesús, cada vez que cometo los mismos pecados

Y me gustaría poder identificarme con María, con su mirada a Jesús.

  • Cuando no puede más pero su Hijo se cae y ella se olvida del mundo para acudir junto a Él
  • Cuando acepta la misión de su Hijo
  • Cuando se une a Él en el dolor
  • Cuando le mira y se agarra a Su Cruz
  • Cuando recoge Su Sangre y se funde con ella
  • Cuando sonríe y bromea con Cristo
  • Cuando consuela y acoge a sus discípulos
  • Cuando recoge a su Hijo de la Cruz
  • Cuando…

Este año, tras ver y rezar la película me llegó un enlace de unas charlas de un sacerdote, Miguel Segura, Legionario de Cristo Rey, que participó en la grabación de la película y nos cuenta anécdotas y claves para ver esta maravilla. Hay una segunda parte en su canal de Youtube en la que cuenta más anécdotas y responde a preguntas de sus oyentes. Recomiendo que lo escuchéis sin prisas. A mi me ha consolado ver que los objetivos de Mel Gibson al hacer esta película se han cumplido en gran parte conmigo. Miguel Segura nos cuenta las claves para ver la película y que definen las pretensiones de su director al abordar este proyecto.

  1. Que nada de lo que puedas hacer va a impedir que Jesucristo deje de amarte.
  2. Representar en los distintos personajes la forma en que él, Mel Gibson, ha tratado a Jesús en su vida
  3. Que todo el que vea la película tenga un encuentro personal con Jesucristo. En toda la película, Mel Gibson hace que Jesucristo cruce su mirada con todos los personajes (excepto con Herodes) que hace que te mire a ti.
  4. Que Cristo entrega su vida, que lo hace todo por voluntad propia, nadie le obliga

Y siempre, tras una gran introspección personal, abro los ojos y veo la fea realidad que nos golpea en estos días en España. No puedo olvidar que este amor infinito, este amor incomparable que el Señor tiene por mí, de manera personal y única, también lo tiene por sus verdugos y por sus perseguidores. De la misma forma y con la misma intensidad. Incluso diría que con más delicadeza para que se rindan a su amor. Sólo puedo pedir que el Señor ilumine a nuestros gobernantes, les ponga en el camino del servicio a todos, les aleje de sus planes y egoísmos, les invada con el fuego de su amor y consiga transformar sus corazones de piedra en corazones que entregan su vida por los demás.

En todo caso, no me desanimo. Esta vida es efímera, los supuestos bienes y placeres terrenales son basura comparados con la vida en Cristo. Ya nos lo enseñó el Señor, el discípulo no es más que su Maestro y la puerta hacia el cielo es la cruz. Persecuciones, desprecios, traiciones son compañeras de viaje. No estamos al margen del sufrimiento y nuestros apegos a lo terrenal, son apegos que bajo la mirada del Señor se diluyen y se alejan como humo. Tampoco somos ajenos a la alegría, a las satisfacciones y al éxito. Pero siempre en perspectiva de vida eterna.

Última modificación: 12/04/2020

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