He cogido los datos de las elecciones del 10N de EL PAIS y voy a mostrar los gráficos acumulados en toda España por partido político. Para montar el gráfico general he seguido las siguientes pautas:

  • Los votos por partido los he extraído de los datos facilitados por comunidad autónoma
  • He descartado muchos votos a partidos que no suman el mínimo para conseguir un escaño,
  • Los totales los he cogido de ‘Votos Contabilizados’
  • He acumulado en una columna los ‘Votos Nulos’, ‘Votos en blanco’ y ‘Abstenciones’
  • Para el reparto proporcional he tomado la suma de todos los votos registrados, sean válidos o no, abstenciones o nulos.
  • Lo primero que me ha sorprendido es el número elevadísimo de abstenciones. Gente que se molesta en ir a votar, pero no encuentra a ningún partido que le represente. El porcentaje es de un 31,05%; nada desdeñable.
  • Lo segundo, altamente reconocido, es que la ley d’Hont favorece a los partidos más votados. PSOE: 53 escaños más, PP: 38, VOX: 16, UP: 4. En porcentaje la ganancia sería: PSOE: 44.17% más, PP: 43,18%, VOX: 30,77%, UP: 11,43%,
  • Partidos nacionales con el voto distribuido pierden escaños; C’s: 6 diputados menos que supone un 60% menos.
  • Los partidos nacionalistas, que concentran el voto en sus provincias se ven también muy favorecidos y obtienen más escaños de lo que obtendrían según este método aplicado. ERC: 4 escaños más, JxCAT: 3, EH-BILDU: 2, PNV: 3. En porcentaje la ganancia sería: ERC: 30,77% más, JxCAT: 37,5%, EH-BILDU: 40%, PNV: 42,86%
  • Sobran 6 escaños de los restos que no alcanzan escaño. Un ahorro.

La conclusión es que el pueblo español quiere que el Presidente del Gobierno sea NINGUNO. ¿Quiere decir esto que todavía hay un hueco para un partido que aglutine estos votos? ¿O más bien que este sistema de partidos ya no funciona? ¿O que los políticos actuales se han cargado un sistema de representación razonable?

Mi opinión es que la deriva en calidad, profesionalidad y valía de la clase política es pronunciada; tenemos representantes mediocres que no tienen la capacidad requerida para gobernar un país como nuestra querida España. Esta caída moral y competencial afecta a toda la sociedad, y los que votamos pasamos por el mismo problema. Elevar el nivel es complicado, puesto que los que mandan, claramente apuestan por una sociedad borreguil sin capacidad de crítica, por lo que estamos con el problema de la pescadilla que se muerde la cola. Habrá que esperar unas nuevas elecciones para ver si la sangre nueva que ha entrado con fuerza en el Parlamento, constituida por personas con un bagaje en el mundo real ajeno a la administración, es capaz de enamorar a tanto descontento y romper con los mantras y demonizaciones que la izquierda mediática construye todos los días.

Yo por mi parte sólo encuentro la luz terrenal en VOX.

Última modificación: 12/05/2020

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